MUJERES EN PROGRAMACIÓN



Según datos estadísticos, en España el número de mujeres programadoras está en un 13% del total de la profesión, aproximadamente.Pero, ¿Por qué esa baja tasa de mujeres programadoras? 

Así de pronto, se me ocurren tres causas fundamentales, conocidas por todos:


  • Falta de referentes femeninos actuales a los que admirar y querer emular: Cuando pensamos en mujeres en tecnología y programación, nos vienen a la cabeza las habituales: Ada Lovelace, Grace Hopper, Hedy Lamarr, etc...todas de épocas pasadas. Pero no existen (o hay muy pocas) referentes de la época actual. Existe también un importante techo de cristal en este sector, en el que los altos cargos de organizaciones tech son mayoritariamente masculinos.

  • Estereotipos de género que perviven durante décadas desde la niñez: históricamente las profesiones STEM se relacionan mayoritariamente con los hombres, mientras que a las mujeres se les asocian profesiones relacionadas con los cuidados, la maternidad, y habilidades relacionadas con llevar un hogar. Todo ello derivado de educaciones conservadoras y estereotipadas en las que el hombre se identifica con la fuerza, la inteligencia y como solucionador de problemas, mientras que a la mujer con la debilidad y la dependencia (y un poco boba también...). Como si esas competencias no pudieran darse a la vez en cada persona, independientemente del género.

  • El  famoso síndrome del impostor, quizás acentuado por los dos puntos anteriores, que en la mujer está más presente por esa sensación de intrusismo en sectores predominantemente masculinos y esas creencias de "ser menos capaz de aprender" que ellos.

La programación no siempre fue una profesión predominantemente masculina,sino al contrario.

Un famoso artículo de la revista Cosmopolitan de los años sesenta, nos cuenta cómo, en esos años de postguerra, en los que se empezaba a usar la tecnología, la mayor parte de las personas que se dedicaban a programar eran mujeres, por su paciencia y cuidado al detalle, comparándolo con tareas rutinarias como coser o cocinar, iba en su "naturaleza". Mientras que el hardware, que tenía mayor importancia y en donde se concentraba el dinero y el prestigio, era cosa de hombres. 


Hasta los 80, cuando aparece el ordenador personal y el inicio del auge de los videojuegos, el software empieza a cobrar relevancia, prestigio, y...¿adivinad qué?.....los hombres ven que es dónde está el negocio y empiezan a coger posiciones en el mundo de la programación, desplazando a las mujeres a a otras tareas menos importantes. 


Empieza el mito del informático friki y nerd, encerrado en casa, incapaz de relacionarse con el resto, papel que no es apropiado para una señorita...otro estereotipo más. Os recomiendo este artículo sobre ello.


Quizás es hora de ir cambiando estas ideas del siglo pasado, tanto a nivel sociedad como individual, y empezar a ver la programación como una profesión en la que cualquiera tiene cabida. Desde aquí animo una vez más a las chicas a romper con este paradigma e intentar ser referentes de generaciones futuras en el mundo de la programación.


Referencias (por si os apetece un rato de lectura 😉):






Comentarios

  1. Pues les deseo a las futuras programadoras que ese "síndrome del impostor" desaparezca, igual que se lo deseo a mi sobrina de 19 años, estudiante de Ingeniería industrial, que tiene una sensación parecida y que, sin embargo, está teniendo un desempeño muy destacado en sus estudios. ¡Ánimo para todas!

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    1. Muchas gracias Vega,por tus palabras.Espero que tu sobrina sea una de esas mujeres referentes para las niñas del futuro.
      Un abrazo

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