SÍNDROME DEL IMPOSTOR



"O creer que estás en el lugar equivocado", sobre todo si es un puesto de responsabilidad o un triunfo profesional. "Soy un fraude y no me merezco lo que me pasa, porque no tengo la cualificación ni habilidades adecuadas". 

Es más común en mujeres, por la herencia patriarcal de muchos años, que relaciona a mujeres con puestos menos cualificados o más "femeninos", y en minorías sociales. Aunque la competitividad actual empieza a afectar a ambos géneros y a todo tipo de personas de cualquier estrato social, raza, etc. Las inseguridades, la vergüenza, la penalización del fracaso en nuestra sociedad, hacen que se incremente esta sensación. Todos en algún momento pudimos sentir este estado mental. Porque es todo la cabeza.

Entre que los superiores o compañeros dan pocos elogios, y cuando los dan nos cuesta aceptarlos, estamos buenos. No pasa nada porque de vez en cuando nos lo creamos un poquito, desde la humildad. Cuando un cumplido es sincero, y de verdad creemos que lo hemos hecho bien (eso en el fondo se sabe), ¿por qué no aceptarlo y tener nuestro pequeño momento de gloría?

Al final el principal problema lo tenemos con nosotros mismos, y no con los demás. Si somos los primeros en no creérnoslo, ¿Cómo nos van a creer los demás? Es como cuando vendes un producto o servicio del que no estás convencido o sabes que es malo, se nota. Tanto para conseguir un ascenso, o nuevo empleo, como para lanzar un negocio, es un elemento fundamental superar esta situación. Porque el primer perjudicado/a va a ser uno/a mismo/a.

¿Cuántas veces perdimos alguna oportunidad de hacer algo por este miedo o sensación de no ser merecedor de tal circunstancia? No soy psicóloga, pero se que esto no se supera de un día para otro, implica esfuerzo y algunas veces ayuda profesional. Pero como en todo, el primer paso es reconocerlo.



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